La vieja Lulula

Mar Pavón & Alessandra Cimatoribus

ISBN: 978-84-9871-251-3

Lulula enjabonó y restregó

su camisón de raso,

su bata de seda,

las medias de punto,

su falda de pana,

su blusa de lino,

el mantón de lana,

y sus guantes de felpa.

 

14,90

INFORMACIÓN

Páginas: 48 págs.

Encuadernación: cartoné

Medidas: 25x23 cm

Publicación: junio 2010

Lulula enjabonó y restregó

su camisón de raso,

su bata de seda,

las medias de punto,

su falda de pana,

su blusa de lino,

el mantón de lana,

y sus guantes de felpa.

 

Lo aclaró todo con agua, miró al cielo…

y arrugó la nariz:

¡estaba a punto de caer un chaparrón!

 

 

La vieja Lulula decide hacer su colada diaria y colgar a secar su ropa en el patio, a pesar del augurio de tormenta. Voces misteriosas de su jardín y que aparentemente proceden del cerezo, el patinete, el azadón, el pozo, el balancín e incluso de su loro y de su perro, intentan disuadirla.

Al igual que en su última colaboración con OQO, Ranilda, Mar Pavón vuelve a hacer uso de la fantasía y la magia en este divertido cuento acumulativo en el que el juego y la adivinanza atrapan al lector.

Mar Pavón también juega, como en los relatos clásicos, con el número siete tan presente en las historias tradicionales. El lector acompaña a Lulula cuando enjabona y restriega una a una las siete piezas de su colada; cuando pregunta por el tendedero a los siete personajes que habitan en su patio; y son siete los colores del arco iris que aparece, tras el chaparrón, con una feliz sorpresa para la viejecita.

 

En esta historia, Mar Pavón tiene como aliada la imaginación de Alessandra Cimatoribus. A la ilustradora italiana le resultó divertido este trabajo en el que interpretó el texto para jugar con el lector y la propia Lulula. Así, decidió introducir en el relato criaturas misteriosas y dos pícaros ratoncillos, que un fiel lector de OQO sabrá reconocer.

Cimatoribus no se limitó a dar vida a estos habitantes mágicos y traviesos. Así, como contrapunto a la actitud de desconcierto de la vieja Lulula, crea un personaje más para el relato de Mar Pavón: el gato.

El felino es el único consciente de lo que está pasando y sus ojos indican siempre al lector hacia donde debe dirigir su mirada. La elección de este animal no es casual, Cimatoribus es consciente de los valores de “sabio y prudente” que se le atribuyen.

Las ilustraciones en acrílico sobre papel —con algunas acciones realizadas con lápices de colores, plumas, tinta y collage— se caracterizan por tonos vivos que transmiten la energía y fuerza vital de Lulula.

Esta es la razón de que Cimatoribus la vista de naranja, a pesar de que no es un color utilizado habitualmente por las personas mayores. De este modo, representa a esas mujeres de edad que no se rinden y están llenas de energía y frescura como toda la historia.

 

Texto de Mar Pavón

Ilustraciones de Alessandra Cimatoribus

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