¿Dónde estás, Caracol?

Susanna Isern & Leire Salaberria

ISBN: 978-84-9871-466-1

 

En aquella montaña,

el sol y la lluvia iban y venían todos los días.

 

Por las mañanas brillaba el sol
y las lagartijas correteaban.

 

Por las tardes llovía
y los caracoles salían a pasear.

 

Por las noches brillaba la luna
y los grillos cantaban.

 

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INFORMACIÓN

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Páginas: 48 págs.

Encuadernación: cartoné

Medidas: 25x23 cm

Publicación: julio 2013

 

En aquella montaña,

el sol y la lluvia iban y venían todos los días.

 

Por las mañanas brillaba el sol
y las lagartijas correteaban.

 

Por las tardes llovía
y los caracoles salían a pasear.

 

Por las noches brillaba la luna
y los grillos cantaban.

 

Una tarde empezó a llover
y, mientras corría hacia casa, Lagartija se cruzó con Caracol,
que, en ese momento, asomaba ya la cabeza.

 

Este encuentro casual supone un auténtico flechazo para Lagartija, quien decide salir a buscar a Caracol cada día.

 

No obstante, como tantos otros relatos clásicos de amor, la relación de Caracol y Lagartija parece imposible. Si, en otros, los obstáculos provienen de pertenecer a clases diferentes, en este caso, a especies dispares: Caracol no puede salir al sol, ya que se seca, y aguarda escondido dentro de su caparazón a que comience la lluvia. Por el contrario, Lagartija enferma si se moja.

 

Debido a estas circunstancias, las dificultades para poder encontrarse se presentan insalvables, al ser contraproducentes para ambos. Sin embargo, el amor todo lo puede.

 

Estamos ante una historia de constancia por parte de los dos protagonistas y también de lucha contra la adversidad, aunque esta sea, principalmente, meteorológica. Consecuentemente, Caracol y Lagartija tendrán su merecida recompensa, como suele suceder cuando hay tenacidad y nos guían los buenos sentimientos.

 

Este es el “bonito mensaje” que intentó trasladar en este cuento la escritora Susanna Isern. La autora de ¡Pilú, Pilú! y Oso Cazamariposas está convencida de que en la vida, “si dos se quieren y se esfuerzan en conseguirlo; todo es posible con ilusión y un poco de imaginación”.

 

Esta idea fue también la que guió el trabajo de Leire Salaberria, quien buscó principalmente, que sus ilustraciones hicieran partícipes, en todo momento, a los lectores de la “bonita historia de amor” entre los dos protagonistas: Caracol y Lagartija.

 

Precisamente, crear a estos dos personajes fue lo “más difícil” para la ilustradora en el que es su segundo trabajo con OQO, después de su debut en la editorial con El señor Ramón y la señora Ramona.

 

La artista tenía claro que debían ser muy cercanos para los más pequeños. Por ello, decidió “humanizarlos” y darles un aire “algo naif, con un toque de humor de dibujo animado”. Lo más curioso es que, una vez realizado el boceto a lápiz de ambos, dar vida al resto de personajes del cuento le resultó más fácil; “de ahí en adelante, todo fue creándose de una forma muy natural”, relata sobre el proceso.

 

Aunque los protagonistas son Caracol y Lagartija, durante la historia, Salaberria incorpora unos girasoles, una libélula, una familia de ratones, una ardilla, unos peces, una rana, un conejo e incluso una paloma, que se convierten en testigos curiosos de la tenacidad de ambos para conseguir estar juntos.

 

En cuanto a la técnica, a la ilustradora le apetecía cambiar “por completo” su forma de trabajar. De este modo, descartó sus habituales tijeras y recortes de papel, y se decantó por los acrílicos y los pinceles con el objetivo de “disfrutar de la parte más manual del proceso de creación”.

 

La artista valoró que este cuento le ha dado la posibilidad de usar mucho color y dar rienda suelta a un mundo imaginario “muy personal”. Por ello, optó por una gama amplia de colores y por utilizar mucha textura, con esa base de formas geométricas que suele emplear normalmente.

 

¿Donde estás, Caracol? ha sido el cuento más largo que ha ilustrado y ha vivido la historia como si de un pequeño corto de animación se tratase: “he imaginado a Caracol y a Lagartija correr, hablar, llorar, reír, bailar…”.

 

Por eso, no oculta que le “dio mucha pena” tener que despedirse de estos personajes, cuando terminó la última ilustración. “Espero que me hagan un sitio en ese bosque colorido siempre que necesite escaparme de mi realidad”, concluye con nostalgia.

 

Texto de Susanna Isern

Ilustraciones de Leire Salaberria

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