Colección

El gran viaje

Anna Castagnoli & Gabriel Pacheco

ISBN 978-84-9871-067-0

14,90

Cantidad:
INFORMACIÓN
  • Páginas 40 págs.
  • Encuadernación cartoné
  • Medidas 25x23 cm
  • Publicación enero 2009

Algún día, quizás dentro de poco, construiré un barco muy grande; que flote como los barcos y también vuele como los aviones, aunque no sea más que un barco; que se desplace sobre la tierra y bajo el agua, como si de un barco rodante se tratara, o de una nave submarina

 


Descripción

Algún día, quizás dentro de poco, construiré un barco muy grande; que flote como los barcos y también vuele como los aviones, aunque no sea más que un barco; que se desplace sobre la tierra y bajo el agua, como si de un barco rodante se tratara, o de una nave submarina

 

Un niño imagina un gran viaje lleno de prodigios. Surcará el mundo, atravesará países en guerra, rescatará animales en situación de peligro… para, finalmente, regresar convertido en un héroe.

 

Anna Castagnoli logra describir con una gran precisión los pensamientos y los sueños que habitan en la imaginación del protagonista. Fantasías que le permiten construir una realidad, y al mismo tiempo, refugiarse y defenderse de ella cuando esta ya no le complace. El viaje, como metáfora de la vida, conducirá al protagonista no sólo a descubrir el mundo, sino también a sí mismo, porque en el camino siempre hay encrucijadas. Por su parte, la imaginación y la fantasía, además de para inventar peripecias y situaciones, le servirán al pequeño viajero para construir su identidad.

 

El ilustrador Gabriel Pacheco resuelve, en clave metáforica, la idea de barco-viaje y consigue convertir cualquier objeto en un vehículo ideal para la imaginación. Así, una caja de cartón vacía, algo muy simple, se transforma con la magia de la fantasía. Puede ser el propio cuarto, el que de repente se convierta en un lugar surrealista, o una nave la que nos guíe a través de los sueños. Pero, en realidad, nunca se abandona el espacio de la casa, el lugar de donde parten todos los viajes. Las ilustraciones aunque presentan escenas aisladas, mantienen siempre la coherencia estética: en el color, los espacios, los personajes, la composición… y es el texto el que lleva el hilo de la narración. Para reafirmar la propuesta plástica, elementos como los botines, los juguetes del niño u otros objetos cotidianos acaban transformándose o evolucionando dentro de los escenarios fantásticos.

 

De este modo, se nos proporcionan por un lado, pistas y sugerencias que nos ayudan a entender la historia, y por otro, se multiplica el poder sugestivo del álbum que admite así diversos niveles de lectura. Al fin y al cabo, una historia emocionante que nos trae mensajes de solidaridad, esenciales en la maduración de los individuos.

 

 

Premio Isaac Díaz Pardo al Libro Ilustrado 2009

 

 

Texto de Anna Castagnoli

Ilustraciones de Gabriel Pacheco

Traducción del italiano de Anna Castagnoli y Marisa Núñez