Descripción
Al horizonte le falta un trocito
a la derecha de donde se pone el sol.
Por ese hueco saltan los peces
y las botellas que esconden mensajes secretos.
Un pirata vive obsesionado con la idea de descubrir qué se esconde detrás del horizonte. Ni las nuevas aventuras,
ni las batallas, ni el juego del escondite inglés, con el que a menudo se entretiene para paliar las horas muertas, le
distraen de su obstinación.
Para averiguarlo, un día emprende un largo y duro viaje hasta el fin del mundo. A medida que se va acercando piensa que, en el fondo, se aleja más de él. Entonces, decide jugar con el horizonte a ese juego al que está tan acostumbrado : “Al escondite inglés. Sin mover las manos ni los pies”. Por fin lo siente más cerca y puede asomarse a contemplar lo que hay detrás. Desde ese día, vuelve todas las semanas para jugar con el horizonte que, agradecido, le regaló un trocito.
En su tercera colaboración con OQO editora, después de Taller de corazones y Zimbo, el autor Arturo Abad articula un relato en torno a dos ideas:
-El universo se rige por unas normas que deben ser respetadas.
-Todos tenemos la necesidad de alcanzar nuestros sueños por imposibles que parezcan.
Para aunar los dos conceptos, Abad propone jugar con las reglas para conseguir nuestra meta: “hay muchas reglas y algunas pueden supeditarse a otras, según nuestro criterio.” Y confirma que “no se puede alcanzar el horizonte, cierto, pero tampoco te puedes saltar las reglas del escondite inglés. A la hora de elegir, para un niño es más importante el juego que la realidad”.
El ilustrador Miguel Cerro recoge esta idea del juego en su propuesta plástica. Así, en algunas ilustraciones encontramos casillas que nos dan la idea de que el protagonista avanza hacia la meta. Reconoce que ha sido un reto ilustrar un texto tan poético y confiesa haber disfrutado mucho realizando la imagen de la visión del horizonte final: “cuando todo se descubre… esa imagen clásica y antigua de cuando se pensaba que la tierra era plana.”
De la mano de este pirata-poeta, que “lanza poemas al viento para alegrar a las gaviotas”, nos adentramos en un relato de aventuras, cargado de metáforas, que nos recuerda la importancia de buscar y seguir nuestro camino, sin cejar en el empeño, para poder alcanzar nuestros objetivos.
Texto de Arturo Abad
Ilustraciones de Miguel Cerro
