Colección
Agotado

Si yo fuera un gato

Paloma Sánchez Ibarzábal & Anna Llenas

ISBN 978-84-9871-382-4

14,90

Este producto está agotado.

INFORMACIÓN
  • Páginas 40 págs.
  • Encuadernación cartoné
  • Medidas 25x23 cm
  • Publicación mayo 2012

–¿Qué pasaría si fueras un gato?

–Si yo fuera un gato…

 

La respuesta a la pregunta con la que da comienzo el relato de Paloma Sánchez Ibarzábal abre un abanico de divertidas posibilidades que dan origen a este gracioso álbum (y a su título).

 


Descripción

–¿Qué pasaría si fueras un gato?

–Si yo fuera un gato…

 

La respuesta a la pregunta con la que da comienzo el relato de Paloma Sánchez Ibarzábal abre un abanico de divertidas posibilidades que dan origen a este gracioso álbum (y a su título).

 

En muchos cuentos, los protagonistas son animales antropomórficos: se comportan, se visten y actúan como si fueran seres humanos. Sin embargo, en este cuento se invierte la situación y se coloca a una persona al otro lado del espejo.

Tampoco en este caso la transformación es producto de un hechizo, tal y como sucede en múltiples cuentos en los que los protagonistas son príncipes o princesas convertidos en ranas, ciervos, cisnes…

Si yo fuera un gato es una propuesta divertida, a modo de juego, que permite tomar conciencia de la realidad (vivencias, emociones, necesidades…) del otro con el objetivo último de entenderlo mejor.

 

“Ponte en mi lugar”, solemos apelar para facilitar la comprensión de nuestras decisiones o comportamientos. No hay duda de que la mejor manera de conocer al otro es a través de lo que comúnmente –y de modo figurado– llamamos “ponerse en su piel”. A menudo reprobamos con un “yo no lo haría”, creyendo erróneamente que lo que está (o no) bien para nosotros, lo está indiscutiblemente para los demás.

El relato de Paloma Sánchez Ibarzábal nos recuerda que no a todos nos divierte lo mismo y nos advierte de la posible injusticia que podemos estar cometiendo cuando lo damos por hecho.

Así, si fuéramos un gato no nos gustaría que nos pusieran lazos para demostrarnos cuánto nos quieren; ¡preferiríamos que nos hicieran cosquillas en la barriga!

De igual modo, conocer y aceptar las diferencias del otro nos hace más tolerantes hacia comportamientos alejados de los nuestros: como buscar en la basura –y no en una tienda– el mejor regalo para nuestra mejor amiga o preferir perseguir ratones a ir al cine, teatro o circo.

Al mismo tiempo, este relato nos revela que aquello que hace distinto al otro puede ser toda una virtud o ventaja que todos desearíamos.

Así, un gato no tiene miedo a la noche (y podría cazar todos nuestros fantasmas) y es uno de los animales más fieles: Si yo fuera un gato, no podríamos ir juntos al colegio por mucho que tú lloraras. Me echarían de allí en cuanto pusiera una pata en clase. (Pero siempre te esperaría junto a la puerta).

En todo caso, los verdaderos afectos están por encima de gustos, hábitos o preferencias culinarias: Si yo fuera un gato, hay una cosa que no cambiaría… ¡Siempre sería tu amigo!

 

Las ilustraciones de Anna Llenas refuerzan el carácter divertido y entrañable del relato con personajes graciosos y tiernos. Muchos de ellos no aparecen en el relato textual de Paloma Sánchez Ibarzábal, como el pícaro e inseparable ratón, con los que se acrecienta el tono divertido y afectivo de la historia con la que Anna Llenas se identificó desde un principio: “Cuando me encargaron el proyecto me puse muy contenta. Por unos días me podré poner en la piel de mis gatitos”.

Al inicio de un trabajo, a esta ilustradora le gusta familiarizarse con los personajes, poniéndolos en diferentes situaciones y “compromisos”, los que sugiere el texto y otros nuevos… “es una manera de abordar y ponerme en la piel del personaje”, aclara. En este caso, este estudio de situaciones se puede comprobar en las guardas del libro.

La técnica empleada ha sido la del collage con papeles y cartones pintados previamente en acrílico. De este modo, incorpora volumen al dibujo plano con el objeto de que se perciba lo rústico del material. Para este trabajo, ha aprovechado recortes de cajas de transporte, de cereales, envoltorios… para componer la ilustración tipo diorama o escenario teatral.

El resultado es un collage muy volumétrico en el que se percibe el grosor, los detalles y la textura del material empleado como base. En cambio, las escenas tienen fondos simples, nada recargados, “que dejan espacio abierto a que el lector entre, mueva, toque y complete la historia con su propia imaginación”, concluye la artista.

 

Texto de Paloma Sánchez Ibarzábal

Ilustraciones de Anna Llenas