Al sultán le gustaba mucho el queso. Tenía habitaciones llenas de quesos de todas partes; pero el palacio se llenó de ratones que se comían el queso del sultán, y los consejeros tuvieron que buscar una solución:
Para echar a los ratones, mandaron traer gatos; para echar a los gatos, traer perros; para echar a los perros, traer leones; para echar a los leones, traer elefantes; para echar a los elefantes, traer ratones… y así hasta nunca acabar.
13,50€ – 14,90€
Al sultán le gustaba mucho el queso. Tenía habitaciones llenas de quesos de todas partes; pero el palacio se llenó de ratones que se comían el queso del sultán, y los consejeros tuvieron que buscar una solución:
Para echar a los ratones, mandaron traer gatos; para echar a los gatos, traer perros; para echar a los perros, traer leones; para echar a los leones, traer elefantes; para echar a los elefantes, traer ratones… y así hasta nunca acabar.
Este cuento, de origen árabe, encadena una serie de sucesos de tal modo que la situación se complica progresivamente hasta el final de la historia, y nos emplaza de nuevo en el punto de partida. En todas las escenas brota el sentido del humor y las coyunturas ocurrentes y disparatadas. Dado el carácter lúdico del cuento circular, las repeticiones formales resultan muy eficaces para conectar con destinatarios infantiles.
Para que la historia no resulte interminable, en este tipo de estructuras es frecuente que la redacción se arregle con una fórmula final que subraya la naturaleza perenne del relato.
Las ilustraciones de Txell Darné, realizadas con la técnica del collage a partir de objetos antiguos, confieren al libro un cierto tono de época. Mostrando un excelente dominio de la técnica, la artista catalana sorprende con unas composiciones originales e imaginativas, en las que la gracia y el ingenio están muy presentes.