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Un día, una osa pequeñita y un oso pequeñito
se cruzaron en el camino, se miraron con ternura,
y sintieron que sus corazones se hacían grandes, muy grandes…
Un día, una osa pequeñita y un oso pequeñito
se cruzaron en el camino, se miraron con ternura,
y sintieron que sus corazones se hacían grandes, muy grandes…
Armando Quintero (1944-2022), escritor de origen uruguayo, afincado en Caracas desde 1978, fue profesor de literatura en la Universidad Andrés Bello, narrador oral escénico y, sobre todo, autor adorado a través de sus cuentos, por miles de niños y niñas de países diferentes y culturas diferentes . Si toda su obra está repleta de ternura y humanidad, esta última que nos ha dejado es una ventana abierta al corazón.
El amor es un sentimiento básico, con formas múltiples, que puede actuar como guía y motor en importantes decisiones de la vida. Reconocerlo a través de los cuentos ayuda a entender y aporta una mirada sensible sobre todo lo que nos rodea.
Este cuento no cambiará el mundo, pero bien puede transformar algo en quien lo lea o escuche, para hacerle imaginar, sentir y reconocerse como un ser humano, a través de la “mirada” de dos enamorados, el canto y el vuelo de los pájaros o el murmullo de las hojas movidas por una brisa suave.
Un texto así no podía tener mejor compañía: las imágenes de la ilustradora alemana Laura Von Husen están llenas de poesía y expresividad, a través de una delicada paleta de colores suaves y simbólicos que provocan un fuerte impacto emocional, aun dejando espacio su suficiente para que la interpretación personal del lector haga el resto.
