Colección Q

Mi primer viaje

Paloma Sánchez Ibarzábal & Massimiliano di Lauro

ISBN 978-84-9871-372-5

16,00

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INFORMACIÓN
  • Páginas 40 págs.
  • Encuadernación cartoné
  • Medidas 22x28 cm
  • Publicación febrero 2012

Viajo feliz dentro de esta nave. TUM-TUM…TUM-TUM. Es el sonido de los motores. No tengo brújula ni mapas para guiarme. Un día abrí los ojos y me encontré aquí, viajando hacia alguna parte. ¿Cómo llegué hasta mi cápsula? No recuerdo… ¿A dónde voy? No sé…

 

 


Descripción

Viajo feliz dentro de esta nave. TUM-TUM…TUM-TUM. Es el sonido de los motores. No tengo brújula ni mapas para guiarme. Un día abrí los ojos y me encontré aquí, viajando hacia alguna parte. ¿Cómo llegué hasta mi cápsula? No recuerdo… ¿A dónde voy? No sé…

 

 

¿Qué supone nacer? Mi primer viaje es la historia del comienzo de la vida humana narrada en primera persona por el protagonista: un bebé en el vientre materno. Un bebé que viaja dentro de lo que él percibe como una cápsula en la cual recorre un universo desconocido. Sabe que ha iniciado un viaje pero no sabe hacia dónde. Dentro de esa nave, el latido del corazón de la madre, que interpreta como sonido de motores, le da seguridad.

 

A través de un lenguaje onírico y poético, el lector va acompañando al bebé y haciendo suyo ese viaje de transformación, de búsqueda de su propia identidad: «No soy pájaro. No soy pez. No sé muy bien qué soy”, percibiendo con él la interpretación de un mundo que no ve, que solo le llega a través de “un río que le baña en sus historias”.

 

Paloma Sánchez crea metáforas que sumergen al lector en una especie de juego y nos permiten abandonar la lógica para dejarnos llevar por sensaciones, a través de las cuales se plantean las grandes preguntas: ¿a dónde vamos?, ¿de dónde venimos?, ¿qué somos?, ¿qué es nacer?, ¿nacer es como morir? A lo largo del libro se va intuyendo un mundo donde hay alegrías y tristezas. Desde su óptica particular, el protagonista comprende que “el llanto es el idioma que se habla cuando no se entiende el mundo”. Percibe sensaciones como el miedo, la duda, la curiosidad y también la esperanza. Pero un día la nave se estropea y es expulsado. Siente miedo: “¿qué encontraré ahí fuera? ¿si salgo moriré?”. En cierto modo, el nacimiento es vivido como una experiencia de muerte en lo que ha sido su único paraíso conocido: el vientre materno. Sin embargo, el viaje continúa en un nuevo universo en el que ya no está solo, pues unas manos le esperan al final de la caída.

 

Massimiliano di Lauro concibe, a través de la imagen, el vientre materno como una nave espacial y al protagonista como un astronauta que inicia un viaje hacia sí mismo y, a su vez, hacia el mundo exterior. El ilustrador italiano empatizó de inmediato con el texto: “me llamó la atención su dulzura, su ritmo delicado y ligero, el original punto de vista y la belleza de las metáforas, que se tradujeron a imágenes en mi mente desde el primer momento”.

 

De ahí la idea de representar plásticamente un mundo flotante, surrealista, intemporal, que poco a poco se va materializando y tomando forma. Di Lauro imagina el exterior a través de los ojos del protagonista y representa una realidad deliberadamente confusa, inocente y, en ocasiones, con guiños humorísticos provocados por el propio desconcierto del bebé-astronauta, que intenta construir un mundo que aún no conoce. Para ello, combina dibujos a lápiz con collages de fotografías, que conforman un mundo interior y exterior que va de la ensoñación a la realidad.

 

En este viaje sensorial, la ilustración, poética y sutil, da forma y rostro a las voces y sonidos imprecisos que el bebé percibe, así como a los colores que empieza a intuir: los rayos de sol que se cuelan en su nave.

 

A nivel cromático, dominan los tonos ocres, que se alternan con la poderosa presencia del rojo de la vida: del bebé-pez, del corazón, de las tijeras que lo separan de su madre y el de su propio rostro al nacer. El azul tiene también protagonismo, al representar tanto el cielo como el medio acuoso por el que viaja e imagina el mundo.

 

Massimiliano di Lauro nos ofrece, en las guardas, un divertimento en forma de viaje marítimo y aéreo de España a Italia, de la iglesia de la Peregrina de Pontevedra a la catedral de Trani, su pueblo natal. Mi primer viaje es su ópera prima.

 

 

Texto de Paloma Sánchez Ibarzábal

Ilustraciones de Massimiliano di Lauro