Colección

Hop Frog

Edgar Allan Poe & Alberto Vázquez

ISBN 978-84-9871-036-6

14,00

Cantidad:
INFORMACIÓN
  • Páginas 64 págs.
  • Encuadernación cartoné
  • Medidas 15x20 cm
  • Publicación marzo 2008

Al rey le gustaban las bromas pesadas; para divertirse, pensó en burlarse de su bufón y le hizo beber vino, sabiendo que lo ponía loco. Entonces a Hop-Frog le brillaron los ojos y le rechinaron los dientes… y maquinó un plan para vengarse de todas las afrentas recibidas.

 

 


Descripción

Al rey le gustaban las bromas pesadas; para divertirse, pensó en burlarse de su bufón y le hizo beber vino, sabiendo que lo ponía loco. Entonces a Hop-Frog le brillaron los ojos y le rechinaron los dientes… y maquinó un plan para vengarse de todas las afrentas recibidas.

 

 

Esta fue una de las últimas obras escritas por Poe, y publicada en 1849 -año de su muerte-, historia macabra de dolor y venganza en la que el bufón protagonista decide tomarse la justicia por su mano y acabar de una vez con las burlas y desprecios que los poderosos de la corte les dispensaban a él y a su amiga Tripetta.

 

Son muchos los que creen que Poe, en la decadencia de su vida, se identificaba con este personaje tullido y deforme del que todos se burlaban, y que con esta historia buscaba la venganza simbólica de aquellos que lo despreciaban. En el texto aparecen elementos recurrentes en el imaginario del autor: rechinar de dientes como preludio de la muerte (Valdemar, Berenice…), personajes disfrazados que confunden su identidad y tienen un desenlace fatal (Amontillado…).

 

Esta historia despertó la pasión de escritores como Baudelaire o Cortázar, que lo tradujeron al francés y castellano respectivamente; de músicos como Lou Reed o David Bowie, que dedicaron temas musicales al infeliz personaje, y también de los cineastas, Desfontaines o Taymor, que hicieron versiones cinematográficas…

 

Alberto Vázquez recrea con maestría la atmósfera macabra de la historia sólo con el trazo, con el blanco y con una reducida paleta de colores. Con escasos recursos plásticos consigue una gran intensidad expresiva, especialmente en las caras y las miradas, precisamente, donde mejor se reflejan las emociones y los sentimientos.

 

 

Texto de Edgar Allan Poe, en versión castellana de Paco Liván

Ilustraciones de Alberto Vázquez